El 10 de octubre de 2010 alrededor de trescientos saharauis que con el paso de los días llegaron hasta un número aproximado de 20.000, se congregaron pacíficamente en el campamento de Gdeim Iziz, para reivindicar sus derechos sociales, económicos y culturales, y para denunciar la opresión marroquí.
Un mes más tarde, los días 8 y 9 de noviembre, este campamento fue desmantelado violentamente por las fuerzas marroquíes. Cientos de manifestantes fueron heridos, maltratados, secuestrados y detenidos. Muchos de los detenidos fueron obligados a confesar bajo tortura. A día de hoy, 19 de ellos, siguen presos en las cárceles marroquíes, sufriendo diariamente todo tipo de vejaciones.
12 años después de estos sucesos, 6 defensores saharauis de derechos humanos, miembros del “Grupo de Gdeim Izik”: Mohamed El Bachir Boutanguiza, Abdellahi Lakhfaouni,Sidi Ahmed Lemjiyed, Ahmed Sbai, Abdullahi Toubali y El Houssein Zaoui, han presentado seis denuncias por tortura contra Marruecos ante el Comité contra la Tortura de la ONU, en la que piden a este Comité, que investigue los malos tratos sufridos como consecuencia de sus detenciones durante todos estos años de encarcelamiento.
La denuncia ha sido presentada por las letradas Francesca Doria, Brigitte Jeannot, Ingrid Metton y France Weyl, de la Asociación Internacional de Juristas demócratas (AIJD) y la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), con el apoyo de la Liga para la Protección de los Presos Políticos Saharauis en las cárceles marroquíes (LPPS) y exige que: “Todos los presos condenados sobre la base de confesiones obtenidas bajo tortura y detenidos arbitrariamente deben ser puestos en libertad y Marruecos debe garantizar su derecho a reparación”.
Marruecos que ya ha sido condenado en varias ocasiones por el Comité, se niega constantemente a acatar y respetar las decisiones del mismo.