La guerra que se está produciendo en el Sáhara Occidental es una guerra silenciosa y silenciada, apenas una mención en el informe de parte del Secretario General de las Naciones Unidas para sonrojo y vergüenza de la comunidad internacional.

Las guerras son crueles y casi siempre las víctimas son personas inocentes. En las mismas, la población civil debe estar protegida y no debe ser objeto de ataques de las partes. Esto que parece decente incluso en caso de conflicto bélico, Marruecos lo incumple de forma sistemática contra civiles ya sean argelinos o saharauis en territorio del Sáhara Occidental.

Bombardear a civiles es un crimen de guerra y debería ser juzgado por la Corte Penal Internacional. Pero a Marruecos todo esto le resbala. Sabe, algún día conoceremos los motivos, que sus amigos, entre los que se encuentra el gobierno de España, con su silencio, le protege. Es como si le lanzaran el mensaje de “tú haz lo que consideres que cuentas con nuestro silencio cómplice y aprobación”.

Marruecos no sólo envía a sus menores al mar como herramienta de chantaje o últimamente de forma coordinada en aviones patera, sino que además bombardea a civiles quedando impune.

¿Hasta cuándo va a consentir la comunidad internacional tamaña injusticia? 

CEAS-Sahara

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