Coordinadora estatal de Asociaciones Solidarias con el Sahara

por la autodeterminación e independencia del pueblo saharaui

El pueblo saharaui debe ejercer su derecho a disponer de su tierra en el Sáhara Occidental

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La autodeterminación por referéndum es esencial según el derecho internacional, argumenta el abogado Gilles Devers.

Artículo de Gilles Devers, colegiado de Lyon. Es abogado del Frente Polisario ante los tribunales de la Unión Europea publicado en Le Monde el viernes 10 de marzo de 2023

¿Qué hace la historia de un pueblo y qué historia hace un pueblo? Inmenso debate que la ONU decidió por el pueblo saharaui al colocar el Sáhara Occidental en la lista de territorios a descolonizar en 1963 y al reconocer el derecho de su pueblo a la autodeterminación y la independencia en 1966. Entonces sí, hay historia, sociedad, la economía, la diplomacia, pero también el derecho internacional. La ley sola no puede hacer nada, nada se hará sin la ley.

La estructuración legal es un segundo paso, siendo el primero las personas. No la población, sino el pueblo saharaui, forjado por la historia. Soberano, titular del derecho a la autodeterminación y a la independencia, es la base de todo. La Carta de la ONU viene en apoyo, con el artículo 1 afirmando “la igualdad de derechos de los pueblos y su derecho a la autodeterminación”. Asimismo, el derecho a la autodeterminación ya la independencia es un imperio: el pueblo saharaui, único dueño de su destino, debe ejercer su derecho a disponer de esta tierra del Sáhara Occidental que le pertenece.

El resultado es un referéndum de autodeterminación, para el cual la ONU estableció la Misión de las Naciones Unidas para la Organización de un Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO). El pueblo elegirá la independencia o cualquier otra salida. Será su palabra soberana, que obligará a todos, como expresión de su “libre y auténtica voluntad”.

La conquista armada

Se trazó el camino, pero se afirmaron los anhelos para este territorio rico en recursos naturales. En 1975, la Corte Internacional de Justicia emitió una opinión consultiva que todavía se refiere a el Sáhara Occidental, que no era “terra nullius” en el momento de su colonización por España, nunca estuvo bajo la soberanía marroquí, y esto porque el pueblo saharaui existía antes de este colonización. Así, 1975 refuerza 1963 y 1966, y el conjunto constituye un bloque esencial. Esto explica por qué, a pesar del paso del tiempo, ninguna diplomacia digna de ese nombre ni ningún tribunal ha reconocido jamás las reivindicaciones marroquíes.

Sin embargo, en 2023, todavía estamos buscando el referéndum de autodeterminación. ¿Cómo es posible ?. A finales de 1975, España, que tenía la obligación de descolonizar el territorio, firma los ilegales acuerdos de Madrid, abdicando de sus responsabilidades en beneficio del Reino de Marruecos, que se embarca inmediatamente en la conquista armada del territorio, luego en su ocupación militar. Esta es la tristemente famosa “Marcha Verde”. Muy superior en número y en armas, el ejército marroquí consiguió empujar a gran parte de los saharauis hacia el sur de Argelia, donde aún viven refugiados.

Para consolidar su conquista, el Reino de Marruecos construyó un muro de separación de 2.700 km de largo. En el contexto de la Guerra Fría, se instaló en el Sáhara Occidental como su hogar, anexionándose las “provincias del sur”. Pero colonizar tal territorio presupone una economía. Con la adhesión de España en 1986, Europa heredó los acuerdos de Madrid y se llegó a un consenso para que los acuerdos entre la Unión Europea (UE) y el Reino de Marruecos se aplicaran al Sáhara Occidental.

Así, para 2022 las exportaciones al mercado europeo ascienden a 670 millones de euros de productos pesqueros y 80 millones de euros de productos agrícolas, a los que se suman los 55 millones de euros que paga la UE para acceder a los recursos pesqueros del territorio. Sumas que financian la colonización y continúan las violaciones de la ley impuestas a los saharauis, individualmente y como pueblo. De ahí la respuesta legal.

Economía de la colonización

Las reglas son bien conocidas: son las de la ley de descolonización, que permitió la liberación de los pueblos de Asia y África. Pero lo que ha cambiado es que ahora hay jurisdicciones para hacerlas cumplir, y fue la gran lucidez del Frente Polisario, entrar en esta conquista de la libertad recurriendo a la justicia. Actuando en nombre del pueblo, las autoridades saharauis defienden una línea fuerte, sencilla y noble: ningún acuerdo relativo al territorio es válido sin el consentimiento del pueblo saharaui, quien, en el marco del derecho a la autodeterminación y la independencia, solo tiene derechos soberanos con respecto a su territorio nacional y sus recursos naturales.

En 2016, el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) dictaminó que un acuerdo celebrado con el Reino de Marruecos no es aplicable en el territorio del Sáhara Occidental, dado que este Estado no es soberano allí, y que solo puede haber un acuerdo concluido con el consentimiento del pueblo saharaui. En 2022, la Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (CADHP) dictaminó que la soberanía saharaui no es una afirmación sino un “hecho adquirido”, mientras que la ocupación marroquí es contraria al derecho a la libre determinación.

La sentencia de 2016 puso fin a la aplicación de facto al Sáhara Occidental de los acuerdos UE-Marruecos, rechazando cualquier inclusión implícita del territorio saharaui. En lugar de encontrar una solución con el Frente Polisario -que se había mostrado disponible-, los líderes europeos quisieron eludir este juicio concluyendo dos nuevos acuerdos en 2019, que apuntan a una extensión explícita de “jure” del Sáhara Occidental, que no vale nada sin el consentimiento saharaui. Asimismo, en septiembre de 2021, el tribunal de la UE anuló las decisiones de celebración de estos acuerdos. Tomado de un recurso de casación, el TJUE debería fallar en 2023.

El pueblo saharaui está decidido a aniquilar esta economía de colonización, porque es ella la que, durante cincuenta años, ha permitido la división del territorio, la separación de las familias, la vida de generaciones enteras como refugiados, presos políticos, y privados de su derecho a la autodeterminación y la independencia. A pesar de las dificultades, la victoria del derecho de los pueblos a la libre determinación es inevitable en el Sáhara Occidental.

Gilles Devers, colegiado de Lyon. Abogado del Frente Polisario ante los tribunales de la Unión Europea.

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